El “Cantar del destierro” habla sobre el exilio de Mío Cid de Vivar por falsas acusaciones. Es desterrado
por el rey Alfonso VI y se ve obligado a dejar a su familia en un monasterio, por su bien, y se marcha a Burgos.
Como el Cantar fue escrito en la época medieval, la clase social
eran los sacerdotes, los condes, los reyes, los señores feudales y los burgueses.
El Cantar muestra bastante la cuestión religiosa, claramente cristiana,
porque mencionan mucho al Señor Padre, y se encomiendan a él cuando se les presenta algún problema: “Persignóse el Cid
y se encomendó a Dios”.
El Cantar se puede apreciar como texto literario por la aparición
del ángel Gabriel: “Se acostó el Cid después de anochecido, durmió muy bien y tuvo un dulce sueño. Vino a él el ángel
Gabriel”.
Además, el Cantar tiene importancia como documento histórico, por
las batallas: “El que en buena hora nació ganó la batalla haciendo prisionero al conde Ramón; allí ganó a Colada, que vale más de mil marcos”.
En el texto enseñan mucho el valor del respeto: a pesar de que el Cid es desterrado por el rey lo sigue respetando.
A Rodrigo Díaz de Vivar se refieren como una persona leal, buen lidiador y buen guerrero. Algunas personas se
muestran celosas por la relación que guardaba con el monarca y por eso lo acusan de delitos que no había cometido.
Al final de este cantar el Cid gana varias batallas, se apodera de una ciudad y se la ofrece al rey Alfonso,
a cambio de su bienvenida de nuevo a Vivar con su familia y con sus fieles compañeros.
Con este texto identifiqué que el tiempo cambia y todas las cosas a nuestro alrededor también, como nuestra
forma de comer, de vestir, los materiales, la economía, la sociedad.
Un ejemplo del cambio es como escribieron el Mío Cid: la versión
original es diferente a la versión actual, pues cambió la gramática.