Les contaré
una historia
de un niño
llamado Santi,
quien ganó
unas elecciones
con ayuda de
su tía Paty.
Muy sonriente
siempre estaba
demostrando
gran talento
hacia esos
contrincantes
que no merecían
respeto.
Era el momento
de elegir,
Santiago feliz
no estaba,
todo el largo
día anduvo
con una muy
seria mirada.
Esperando el
resultado,
uno que le
fuera favorable,
en la bonita
capilla anduvo
rezándole al
Venerable.
Al ver este
resultado
Fernando se
sintió celoso,
pues él no
había ganado
y Santi era
el famoso.
Eduardo estaba
muy triste:
en su objetivo
fracasó,
quería ser
un gran presidente,
pero el Santiago
lo aplastó.
Este gran corrido
ya se acabó
y le deseo
todo lo mejor
a mi gran amigo,
el Santi,
que para mí
es el mayor.